
Sober
29 de septiembre de 2025Salpicon Marisco
29 de septiembre de 2025En enero de 1920, en Estados Unidos, se establecía la llamada Ley Seca. Tras décadas de intensas reivindicaciones, finalmente, los grupos prohibicionistas lograron que saliera adelante una enmienda introducida previamente en la Constitución que prohibía la fabricación, importación, transporte y venta de licores alcohólicos en todo el país. En contra de lo que muchos creen, la ley no prohibía el consumo, beber alcohol no estaba prohibido, aunque, lógicamente, no había opción para comprarlo legalmente.
El objetivo aparente de los grupos que defendían la prohibición, era acabar con un mal endémico del país; el alto consumo de alcohol afectaba tanto a la productividad de las empresas como a la vida familiar. Sin embargo, esta medida escondía otros problemas de fondo como el enfrentamiento de dos modelos de vida y de cultura, el tradicional de la América rural y el de la naciente y heterogénea América urbana. Subyacía, también, la desconfianza de los nativos hacia las oleadas de inmigrantes que, en ese momento, arriban al país americano y que amenazaban con acabar con los valores de la cultura blanca, protestante y puritana.
La llamada Ley Volstead, en honor del congresista que la promovió, trajo consecuencias indeseables. En primer lugar, convirtió a la quinta industria del país en un negocio ilegal que terminó cayendo en manos de mafias y gánsteres. Proliferaron los garitos clandestinos y el contrabando, y las diversas familias del hampa lucharon entre sí para hacerse con la mayor tajada posible del negocio. Esto trajo consigo una ola de violencia en ciudades como Chicago o Nueva York, y la emergencia de figuras del crimen como Al Capone, del que seguro todos hemos oído hablar. Fue una época en que los grupos mafiosos se convirtieron en los verdaderos dueños de muchas ciudades. Además, la Prohibición propició la corrupción política y policial en todos los estamentos de la vida pública como nunca antes se había conocido en los Estados Unidos. Los sobornos pasaron a formar parte de la vida cotidiana tanto de autoridades como de gobernantes.
Tras casi catorce años de su aplicación, con la victoria electoral de Franklin D. Roosevelt en 1932, la Ley Seca fue derogada gracias a una nueva enmienda constitucional que anulaba la Prohibición. Sin embargo, sus consecuencias se mantuvieron durante décadas. El alcohol, con el tiempo, dio paso a otro tipo de drogas, y los clanes mafiosos aún hoy en día siguen sembrando el terror en aquellos territorios que se encuentran bajo sus supuestos dominios.

