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24 de octubre de 2025La canción «Laika» de Mecano nos cuenta una historia real con una protagonista muy especial. La perrita Laika existió , y fue el primer ser vivo lanzado al espacio. A finales de 1954, en las calles de Moscú, nació una perrita vagabunda que fue recogida para que participara en el programa espacial ruso. El fin último era experimentar las consecuencias que un viaje espacial podría tener en el organismo de un ser vivo. No se puede ser más cruel.
Y lanzaron al espacio a Laika. Fue el 3 de noviembre de 1957, a las 22:28 hora local de Moscú. Anunciaron en un comunicado informando al mundo que había sido lanzada la Sputnik-2, y que por primera vez un ser vivo era lanzado al espacio. La perrita murió unas 6 horas después del lanzamiento. «En la tierra hay una perra menos y en el cielo una estrella más». Así reza una estrofa de la canción del grupo Mecano.
Aús así, hay que hacer algunas aclaraciones, la perra inmortalizada como Laika no se llamaba así. El nombre que le habían dado a este ejemplar callejero de raza mestiza era Kudryavka («pequeña de pelo rizado», en ruso). Se ganó el apodo de Laika («ladradora», en ruso), durante el período de selección con otras perras para ser el primer animal que se iba a poner en órbita.
A pesar de su sobrenombre, fue elegida por ser la que mejor se había adaptado con serenidad durante las pruebas en cápsulas presurizadas durante días o cambios en la presión de aire que se efectuaron como preparación de los animales cosmonautas. Únicamente había hembras en la preselección porque su tamaño podía adaptarse más al satélite que iban a lanzar al espacio y porque se consideraban más dóciles.
El segundo punto a tener en cuenta es que Laika no fue el primer perro en el espacio. De hecho, los soviéticos disponían de un programa específico que había lanzado en trayectoria vertical cohetes con canes que se habían quedado en el límite de altura adecuado para no entrar en órbita. En estas misiones incluso se preparaba el viaje de vuelta con una paracaídas que amortiguaba el regreso del aparato, algo que no estaba previsto en la misión de la histórica cosmonauta.
La tercera cuestión que se ha puesto entre interrogantes con la desclasificación de los documento oficiales soviéticos en el siglo XXI es si Laika realmente se mantuvo con vida hasta que el satélite Sputnik 2 empezó sus movimientos de órbita en torno a la Tierra. «Murió poco después del lanzamiento», había revelado el doctor y entrenador de perros cosmonautas Oleg Gazenko. «La temperatura dentro de la nave después de la cuarta órbita llegó a los noventa grados», confirmó 30 años después como la hipótesis más previsible de la muerte.
Los cálculos apuntan a que Laika no pudo mantenerse con vida más de 400 minutos en el espacio. Sin embargo, puede que incluso su supervivencia fuera más corta. Según los datos registrados por los ingenieros soviéticos, durante el lanzamiento la perra sufrió un estrés que hizo que el ritmo de su latido se triplicara y que la velocidad de su respiración se acelerara hasta cuatro veces lo normal. Después, esperaba un impacto de fuerzas G cinco veces superior al del planeta Tierra que podría haber sido su sentencia final.
¿Cuál es el ´limite de la ciencia?

