
Horoscopo 27/11/25
27 de noviembre de 2025
SERÉNATE; Lo Que Te Calma, Te Transforma.
27 de noviembre de 2025En el día de hoy, pondremos el punto y final a la historia de ETA durante el franquismo, contaremos los últimos asesinatos que hubo antes de la muerte de Franco, nos centraremos en una operación policial que estuvo a punto de acabar con la banda terrorista y hablaremos de las últimas penas de muerte ejecutadas contra miembros de ETA.
Vamos a comenzar hablando de las víctimas. Tras el asesinato del presidente del gobierno Luis Carrero Blanco el 20 de diciembre de 1973, la organización terrorista ETA paró sus asesinatos hasta unos meses después, tras la magnitud del último atentado y encontrarse más vigilados que nunca.
Por desgracia el 3 de abril de 1974, ETA contabilizó una nueva muerte en su nefasta historia y terminó asesinando al cabo primero del grupo de información de la Guardia Civil Gregorio Posada Zurrón en Azpeitia Guipúzcoa con dos metralletas. El agente fue trasladado hasta un hospital militar en San Sebastián donde terminó falleciendo a causa de sus heridas.
Dos meses después el 2 de junio de 1974 otro Guardia Civil, Manuel Pérez Vázquez fue asesinado con un disparo en el corazón realizado por el etarra Miguel Ángel Apalategui Airbe mientras realizaba un control de carretera por el robo en un banco de 14 millones de pesetas al detener para controlar al sospechoso en Ataun Guipúzcoa.
Tres meses más tarde el 11 de septiembre de 1974, volvió a ser asesinado un nuevo agente de la Benemérita, esta vez se trataba de Martín Durán Grande que se convirtió en la primera víctima de ETA en Bilbao, mientras realizaba una operación para detener a una miembro de ETA. Durante el operativo aparecieron dos etarras por sorpresa y se encontraron con los agentes, uno de los terroristas fue detenido mientras que el otro emprendió la huida en la que disparó a Durán, el cual falleció cuatro días después en el hospital.
Tristemente, este no fue el único atentado de la banda terrorista en esa semana, ya que el día 13 de septiembre de 1974, los etarras cometieron su primera masacre en la historia.
Fue en la cafetería Rolando en la Calle del Correo de Madrid, un establecimiento que solía acoger a agentes de la policía debido a su cercanía a las estancias de la Dirección General de Seguridad que estaba en la Puerta del Sol.

Este atentado realizado con una bomba colocada en una mochila causó la muerte a 13 personas y dejó más de ochenta heridos. Los etarras implicados en el crimen fueron entrenados durante meses para realizar el atentado de la manera que causase más muertes. El artefacto fue programado para explotar a las 14.35 horas según los investigadores, hora donde el establecimiento se encontraba más concurrido.
La policía descubrió que se habrían usado treinta kilos de dinamita potenciados por tuercas que hicieron efecto metralla.
La onda expansiva afectó a la estructura del edificio e incluso hizo que cayera el techo sobre los clientes y también afectó a otro restaurante aledaño, causando diversos heridos.
Pese a lo gordo de este atentado terrorista, los asesinos de ETA esta vez no se escondieron tanto y el 29 de octubre de 1974 volvieron a asesinar a un nuevo agente de la Guardia Civil, esta vez se trataba del sargento de la Benemérita Jerónimo Vera García.
Mientras se encontraba junto a otro agente investigando sobre el soplo del paradero del etarra Ignacio Iparaguirre Aseguinolaza, al darle el alto este sacó su pistola disparando al sargento, murió al poco tiempo al igual que el terrorista que también fue alcanzado por las balas de la policía. Los hechos ocurrieron en Pasajes en la provincia de Guipúzcoa.
El año 1974 terminaría con dos asesinatos más a manos de ETA, los de los agentes de la Guardia Civil el subteniente Luis Santos Hernández y el agente Argimiro García Estévez en Mondragón Gupúzcoa el 17 de diciembre.
Ambos fueron ametrallados a manos de los etarras mientras se encontraban haciendo un descanso.
1974 se convirtió en el año con más víctimas mortales a manos de ETA durante el franquismo, pero 1975 no se quedó muy atrás ya que la Organización terrorista asesinó a catorce personas más durante la dictadura y a una más en el mes de diciembre del mismo año.
Los asesinatos de 1975 a manos de ETA comenzaron el 29 de marzo de 1975, cuando el subinspector de la Policía José Díaz Linares fue acribillado a balazos en la puerta de su casa en San Sebastián cuando se dirigía al trabajo.
Varios días después, el 22 de abril de 1975 otro agente de policía, el inspector José Ramón Morán González fue disparado por la espalda en Guecho Bilbao.
El 6 y el 7 de mayo de 1975 un agente de la Guardia Civil y un inspector de la Policía Nacional fueron asesinados con sendos disparos en la provincia de Vizcaya, Se trataba de Andrés Segovia Peralta y de Fernando Llorente Roiz.
A la semana de estos asesinatos, el 13 de mayo de 1975 el teniente de la Guardia Civil, Domingo Sánchez Muñoz también fue abatido con disparos a manos de ETA.
El 5 de junio de 1975, la guadaña de ETA hizo que Mariano Román Madroñal un Guardia Civil fuera ametrallado a manos de los terroristas mientras cumplía con su labor.
Tan solo un día después, el 6 de junio de 1975 ETA cometió su primer asesinato en Barcelona, fue el del cabo primero de la Policía Nacional, Ovidio Díaz López que fue disparado hasta en siete ocasiones por miembros de ETA que terminaron condenados a muerte.
El 5 de julio de 1975, ETA volvió a matar a un civil, esta vez se trató del conductor de autobuses Carlos Arguimberri Elorriaga que fue ametrallado en Deva Gupúzcoa mientras se encontraba trabajando. Previamente había sido amenazado por los terroristas por ser supuestamente un chivato.
Este mismo mes el 31 de julio de 1975, ETA asesino al taxista Francisco Expósito Camino, que había sido ciclista profesional unos años antes, con varios disparos por ambos lados del taxi en la localidad guipuzcoana de Usúrbil. Los terroristas lanzaron panfletos cerca del lugar del crimen, acusando a la víctima de haber sido confidente de la Guardia Civil.
El 8 de agosto de 1975. la banda terrorista ETA volvió a disparar esta vez al guardia jurado Demetrio Lesmes Martín. Unas semanas antes había salido ileso de un intento de atentado.
El 5 de octubre de 1975, ETA volvió a colocar una carga explosiva que acabó con la vida de tres miembros de la Guardia Civil en Oñate Guipúzcoa cerca de donde se encuentra el Santuario de Aranzazú. Las víctimas fueron Jesús Pascual Martín Lozano, Juan José Moreno Chamorro y Esteban Maldonado Llorente.
La última víctima de ETA en el franquismo fue el Guardia Civil, Manuel López Treviño que fue asesinado de tres disparos por la espalda en Zarautz Guipúzcoa el 18 de octubre de 1975.
Muchas de estas personas de cuyos asesinatos hemos hablado en las líneas anteriores tenían esposas, maridos e hijos que quedaron solos y desamparados por culpa de estos criminales.
Tras conocer a las últimas víctimas de ETA durante el franquismo, ahora vamos a hablar de una operación que estuvo a punto de acabar con la banda terrorista ETA, se trata de la Operación Lobo.
La Operación Lobo sigue siendo a día de hoy el mayor golpe que las fuerzas de seguridad del Estado hayan realizado contra ETA, ya que se saldó con más de 150 detenciones de miembros de la banda terrorista.
Todo comenzó a principios de los años 70 tras los primeros asesinatos de la organización criminal cuando el Servicio Central de Documentación el SECED decidió que lo mejor para acabar con la banda terrorista era deshacerla desde la cúpula hasta abajo. Desde el principio algunos agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil habían intentado realizar diversas infiltraciones en ETA sin haber tenido éxito porque los topos eran rápidamente detectados.
En ese momento se decidió que lo mejor era infiltrar a alguien que se moviera o hubiese movido en la izquierda abertzale regularmente y este fue Mikel Lejarza Eguía que había tenido muchos contactos con gente afín a la organización por lo que no tuvo mayores problemas para infiltrarse e incluso de intentar pensar como ellos.
Tras un tiempo de preparación y de infiltración logró llegar a parte de la cúpula de ETA e incluso al jefe del Comando Vizcaya Ignacio Zuloaga alias Smith.
Gracias a lo que el Estado le iba proporcionando en diferentes materias logró ir subiendo en los escalafones de la banda terrorista especialmente en el apartado político-militar.
Fue enviado a Madrid donde se hizo con diversos pisos y escondites para los distintos comandos de ETA. Estos lugares eran controlados en todo momento por el SECED.
Todo siguió su curso hasta que la madrugada del 18 al 19 de septiembre de 1975, la policía actuó conjuntamente en diversos lugares de España dando un golpe muy fuerte a la banda terrorista ETA, ya que muchos de sus dirigentes fueron detenidos por la policía, quedando la organización muy dañada. En total hubo 178 arrestos en una sola madrugada.
Tras los hechos el País Vasco quedó empapelado con fotos de El Lobo, al considerarle un traidor del pueblo vasco y siendo el enemigo número uno de la banda terrorista ETA.
Según se pudo saber Lejarza se molestó por la precipitación de la policía ya que consideraba que podría haber acabado con ETA definitivamente si hubiera tenido más tiempo.
Mikel Lejarza tuvo que ser operado varias veces para cambiar por completo su rostro y se fue al extranjero para evitar que ETA lo encontrase.

Pocos días después dos etarras fueron fusilados tras ser condenados a muerte por un consejo de guerra junto a otros miembros de las FRAP.
La semana que viene continuaremos con la historia de ETA ya en la transición democrática.
Ante todo queremos dedicar esta serie de artículos sobre ETA a todas las personas que de una u otra manera han sufrido a manos de ellos, para que jamás sean olvidados.
Os dejamos los enlaces de los capítulos anteriores para que no os perdáis ninguno de estos artículos tan interesantes e importantes de nuestra historia más oscura.

