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12 de junio de 2025Recientemente ha vuelto a salir en la gran pantalla una película basada en un exorcismo.
Algunos podrán decir, que hay de novedoso en el tema? En los últimos años han salido muchas.
Lo que hace que este film de Al Pacino, el Ritual sea especial es que está basado en un exorcismo real que se produjo en Estados Unidos en el pasado siglo XX, el Exorcismo de Emma Schmidt o como es conocido para algunos por su seudónimo, el Exorcismo de Anna Ecklund.
A día de hoy casi cien años después de que se le practicara la última liberación de las fuerzas demoníacas que la poseían, sigue siendo el exorcismo más importante que se ha realizado en EEUU.
En las próximas líneas os contaremos lo que sucedió realmente, fuera de platós y de rodajes, al igual que realizaremos el viernes en Entre Dimensiones.
Emma nació el 23 de marzo del año 1882 en Milwuakee, EEUU y se crió en un orfanato católico en Wisconsin.
Su vida se desarrolló como la de cualquier chica hasta su juventud, cuando empezó a manifestar comportamientos muy extraños, hablaba sola, sentía que no estaba sola e incluso llegó a manifestar aversión hacia lo sagrado, algo que a finales del siglo XIX y principios del siglo XX aun era visto como una posesión diabólica. Durante este plazo de tiempo fue cuando Sigmund Freud y Carl Gustav Jung desarrollaron la teoría del psicoanálisis dando a descubrir las enfermedades mentales.
Los religiosos por lo tanto decidieron realizarle un exorcismo según el ritual antiguo romano para liberar a la joven de las fuerzas del demonio.
Años después se pudo saber que la joven había entrado en contacto con su tía Mina la cual era sospechosa de practicar magia negra y rituales sexuales perturbadores.
El encargado de realizar el primer exorcismo en 1912 fue el sacerdote Theophilus Riesinger que recibió la orden del obispo Thomas Dunn.
Poco más se llegó a saber de este exorcismo, hasta el año 1928 cuando el padre Riesinger junto a su amigo el padre Joseph Stieger fueron enviados hasta el convento de las franciscanas de Earling para volver a exorcizar a la joven, la cual volvía a manifestar claros síntomas de una posesión demoníaca que la ciencia y la medicina no habían podido explicar.
Emma fue al convento el 17 de agosto para empezar el ritual de exorcismo un día más tarde, esta primera sesión duró hasta el 26 de agosto y durante estos casi diez días Emma mostró muchas señales de estar poseída como tener un ataque de ira al comer una comida rociada con agua bendita, levitaciones e incluso colgarse del marco de una puerta.
Varias semanas más tarde más concretamente la semana desde el 13 de septiembre hasta el 20 de septiembre, los religiosos decidieron practicar una segunda sesión de exorcismo que según relataron los testigos fue inclusive peor y más violenta que la primera.
Debido a esta violencia y al llamativo y deteriorable estado físico en el que se encontraba Emma, decidieron esperar dos meses para proseguir con los exorcismos.
Durante este tiempo varias monjas que ayudaban a Emma fueron agredidas por los demonios a través de la joven, por lo que muchas pidieron su traslado a otros conventos, ya no podían soportar lo que ahí ocurría día a día.
La semana entre el 15 y el 23 de diciembre de 1928 se produjo la última sesión de exorcismos sobre la joven. Durante estos ocho días ella siguió teniendo un comportamiento muy violento, llegando incluso a escurrí objetos como hojas de tabaco o a hablar lenguas muertas como el latín e incluso el arameo, lengua que se hablaba en época de Jesucristo.
Durante el exorcismo el padre Riesinger tras hablar con los supuestos demonios que hablaban a través de Emma llegó a afirmas, que esta estaba poseída por Judas Iscariote y por lo que decían los demonios su padre Jacob y su amante su tía Mina que antes de abandonar a la joven la maldijeron con una serie de sortilegios.
El 23 de diciembre se la realizó el último exorcismo, en el cual según los testigos, el padre Riesinger expulsó en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo y con la intercesión de la Virgen María a los demonios que poseían a Emma.
Antes de quedar liberada y de desmayarse Emma gritó los nombres de Belcebú, Judas Jacob y Mina para después repetir la palabra infierno tres veces.
Una vez despertó de su desmayo, lo primero que dijo la joven fue:”Gracias Jesús y Alabado sea Jesucristo”.
Según se afirmó años más tarde, Emma estuvo teniendo posesiones muy suaves durante el resto de su vida que pudo manejar ella hasta su fallecimiento en 1941 con 59 años. Otras fuentes afirman que falleció con 81 años en 1964.
Lo que si que nos deja este exorcismo fue una repercusión mediática muy importante, ya que distintos periódicos de la época hablaron sobre el, e incluso el prestigioso Times se hizo eco de la noticia.